En numerosas ocasiones una persona que vive de alquiler puede querer cambiar de piso o dejar el que tiene alquilado. Un cambio de trabajo, quedarse desempleado, un divorcio o simplemente el deseo de vivir en otra casa más grande o más barata pueden ser alguna de las razones. Sin embargo, en esos momentos recuerda que tiene un contrato con su casero que le obliga a permanecer en el mismo por un tiempo. Ahí, siempre surge la duda: ¿Es posible irse de un piso de alquiler antes de que finalice el contrato?

La ley de arrendamientos urbanos (lau) es la que regula el proceso de alquiler de un piso y es clara:

1) inquilino y propietario pactan libremente la duración del contrato en el momento en que se alquila la vivienda y si no se acuerda plazo ninguno, la ley entiende que éste es de un año

2) al finalizar este periodo, el inquilino puede prorrogar el contrato por plazos anuales hasta llegar a 5. De este modo cuando se alquila una casa el propietario se compromete ante el inquilino, pero también éste adquiere un compromiso ante el dueño de la casa

En circunstancias como las anteriores (cambio de residencia, paro, variación de prioridades) es cuando se prueban las restricciones del alquiler y cuando se comprueba que la “libertad” pretendida al vivir arrendado es en algunos casos limitada, ya que si alguien empezó un contrato en diciembre con duración de un año, sólo puede abandonar el piso en los siguientes meses de diciembre previo aviso de 30 días al casero

Pero si en primavera se encuentra un piso más interesante puede resultar tentadora la idea de mudarse sin esperar a que finalice el contrato o la anualidad vigente. Esto no es recomendable puesto que la ley obliga en este caso al inquilino a pagar al propietario una indemnización por incumplimiento de contrato que puede llegar a ser el total de las mensualidades que quedan hasta que finalice el plazo acordado

¿Y si es por causa justificada como un cambio de trabajo o un divorcio? Pese a ello, la ley es clara: el inquilino no puede abandonar el piso unilateralmente porque se considera incumplimiento de contrato y, según la ley, tendrá que indemnizar al propietario

La negociación inquilino-casero, la opción más razonable

Aunque lo más probable es que el propietario gane una demanda contra un inquilino que deje el piso a las bravas, conviene ser razonable y buscar una salida pactada. Ni siquiera al casero le conviene cerrarse en banda ni agarrarse al contrato porque el proceso para cobrar puede ser largo (siete meses de media y hasta dos años es el tiempo que se alargó un proceso judicial en 2008, según los datos del consejo general del poder judicial) y costoso (pudiendo superar los 6.000 euros). Además, siempre existe la incertidumbre de cómo interpretará el juez las motivaciones del inquilino para abandonar la casa

Por ello, lo más rentable tanto para inquilino como para propietario será mostrarse razonable y buscar una salida pactada. Los expertos recomiendan a quien vive de alquiler y de pronto se ve en la necesidad de dejar la vivienda que actúe de buena fe y comunique al dueño de la casa su intención de irse lo antes posible

También le recomiendan que ayude al casero a buscar a alguien interesado en la casa (un amigo, un compañero de trabajo, un familiar o incluso un vecino del bloque que quiera cambiarse de casa) para que ésta no quede vacía en ningún momento. Así, desde que la casa sea alquilada nuevamente, el inquilino original dejará de tener que seguir pagando la renta, con lo que tanto propietario como inquilino resolverán su problema

Si no se encuentra sustituto lo más razonable es indemnizar al propietario, explica Fernando Encinar, director del servicio de estudios de idealista.com, ya que vamos a incumplir el contrato y el inquilino le va a causar una reducción de ingresos, que el propietario tendrá que poner en alquiler la vivienda cuando no pensaba hacerlo. En este sentido se puede valorar una indemnización que cubra el tiempo que el propietario va a tener la vivienda vacía y que podría llegar a un importe máximo de hasta 2 meses de la renta del alquiler, un periodo más que razonable para que el casero encuentre un nuevo interesado en la misma, según encinar

Recomendaciones

Nieves huertas, presidenta de la sociedad pública de alquiler (spa), explica que para evitar problemas lo mejor es que a la hora de firmar un contrato de alquiler, éste “recoja la posibilidad de desistir del mismo de forma anticipada así como la penalización que el arrendatario debería asumir por ello. Esto evitará muchísimos problemas en el futuro” y recomienda resolver de forma amistosa el posible conflicto si llega a surgir

En la spa, ha explicado huertas a idealista news, cuando el inquilino solicita resolver anticipadamente el contrato de arrendamiento por traslados, causas personales, profesionales o económicas se le ofrece “resolver el contrato en vigor sin penalización alguna, siempre que formalicen el nuevo contrato de arrendamiento en una vivienda gestionada por la spa adecuada a sus nuevas circunstancias. En cuanto al propietario, buscaremos inmediatamente un nuevo inquilino para que el periodo de desocupación de la vivienda se reduzca al mínimo”

Gustavo rossi, socio fundador y consejero delegado de la compañía alquiler seguro, empresa privada especializada en protección a propietarios, también apuesta por llegar a un acuerdo como mejor alternativa ante un problema sobrevenido de un inquilino. Para rossi, a la hora de alquilar una vivienda, es vital analizar el perfil del candidato para ver si la casa se adapta a sus necesidades y posibilidades. Si lo hace, y posteriormente un imprevisto económico cambia las circunstancias, alquiler seguro también redirige al inquilino a un inmueble que se adapte a sus nuevas necesidades, a la vez que busca un nuevo arrendatario para el piso que se queda vacío, de tal manera que ninguna de las dos partes salga perdiendo.

Fuente: Idealista.com